¿Qué buscan la prensa burguesa y el alanismo con su cacería de brujas y la satanización de la protesta y de la propuesta?
14 de enero de 2007
La necesidad de la fascistización.
Desde hace algún tiempo la prensa burguesa o prensa de los ricos, como se prefiera entender, para no abusar de las pretendidas terminologías desfasadas, según el confundido cerebro de estos “periodistas”, ha estado difamando específicamente a un sector de organizaciones pertenecientes al campo popular. Huelga decir que la labor de la prensa lacaya de los explotadores ha sido y será siempre la de golpear al pueblo y a quienes lo representan, sin embargo, durante el último año del gobierno de Toledo y desde el incio del de García, se han enfocado en atacar con las más burdas patrañas y los más enrevesados novelones, con calumnias que en algunos casos causan risa por lo disparatado de la trama y por la patética orfandad en la que dejan al ejercicio periodístico, a organizaciones que presentan coincidentemente dos características: su conformación mayoritariamente juvenil y su sincera militancia bolivariana.
Y entonces tenemos que preguntarnos inteligentemente, y no sin cierta malicia, ¿Qué es lo que le preocupaba tanto a la derecha de no lograr el fraude que eligiera ganador a García?
Y nos preguntamos esto porque no en balde y por deporte le soltaron el bozal a Aldo M., le arrancaron la faja a Althaus, dándole carta libre a desconocidos aprendices de redactores como Pablo O’Brien y ahora un casi invisible e invidente Hugo Guerra de El Comercio, reconocida vedette del empresariado y de los gobiernos vendepatria.
Y es que estos llamados periodistas que por supuesto no realizan investigación alguna, sino que lanzan a las rotativas todo lo que el balbuceante y mal alumno de la CIA, Servicio de Inteligencia les entrega, se han lanzado voraces, haciendo gala de reportajes extensos, entrevistas tramposas y frases falsas contra los jóvenes bolivarianos.
Entonces tenemos que intentar también, ante estas situaciones, el paradigma de la respuesta, y esta es sencilla: la derecha temía un gobierno cercano al pueblo, amigo de Venezuela, de Bolivia, de la integración latinoamericana con Cuba y no sin Cuba, un gobierno que con participación popular protegiera nuestros recursos naturales y popularizara la defensa de la patria. Pero, también podía temer algo más concreto, más real y más profundo, el desarrollo de la conciencia revolucionaria, nacionalista, patriótica e internacionalista de nuestro pueblo, inmerso en el proceso de defensa de esos mismos recursos tan expoliados por los ricos, tan entregados a los yanquis. Y sabía la intelectualidad de la derecha, dudamos que O’Brien y Huguillo lo entiendan, que una manera eficaz de llegar al pueblo, a sus luchas, de propagandizarlas, de editar sus proclamas, de elevarlas al debate teórico, se logra a través de la interiorización de principios, de la acción de difusión y de la organización. Todo esto incluyendo una visión del mundo y del proceso actual y allí entra el pensamiento político. Y entonces, lo que la derecha temía y teme es el desarrollo de aquello contra lo que han combatido desde hace mucho y a lo que se han acostumbrado a denigrar: las ideas y la práctica revolucionarias del socialismo.
Y nos preguntamos una vez más: ¿Quiere decir que nuestros explotadores saben que el proceso actual de lucha en América Latina desde el campo popular, se entiende y se realiza a través del nacionalismo revolucionario como preámbulo al socialismo y que sólo este último nos permite vislumbrar la efectividad actual del primero?
Claro que lo sabían, y como preveían el revés en Ecuador y Nicaragua, y la profundización de los procesos venezolano y boliviano, así como la integración económica entre Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela, no podían permitir que en nuestro país, segundo gobierno judas de Suramérica junto a Colombia, se desarrollara una creciente cercanía y asimilación en las masas por el programa del socialismo y por lo tanto del nacionalismo revolucionario actual, el bolivarianismo, que no es otra cosa que Bolívar, San Martín, Martí, Túpac Amaru, Túpac Catari, Albizu Campos, Sandino, Zapata, Caamaño, Che Guevara, y tantos otros heroicos hombres y mujeres creadores de la identidad latinoamericana y del programa de lucha de nuestra independencia, que junto a José Carlos Mariátegui dan al socialismo Latinoamericano raigambre histórica teórico- práctica y originalidad creadora.
Con esta respuesta ya tenemos la mitad, el ataque aparentemente democrático y patriótico, pletórico de consignas por la libertad de expresión, que hemos sufrido las organizaciones del campo popular, desde el punto de vista del bolivarianismo ya está. Pero, desde la característica de la juventud, ¿Cuál es la intención del golpe?, ¿Tendrá que ver con la alianza Alan-Fujimori, con la desesperada necesidad de la pena de muerte, con la campaña para abandonar la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con la persecución a los maestros y su espionaje y chantaje sistematizado vía exámenes, con la represión de la protesta popular (campesinos, comuneros y mineros) a través de la violencia estatal y del aparto legal, con el divorcio entre sectores de la derecha: Alan-Fujimori versus Toledo y ex - ultras? ¿Estará todo esto relacionado?
Claro que sí. La tendencia fascistizante del alanismo al encontrarse casi sólo en un escenario continental cada vez más adverso a su política pro-imperialista, lo hace radicalizar su necesidad de reprimir cualquier intento de desarrollo de la organización popular y de elevación del nivel de conciencia nacionalista y revolucionaria. Por ello el ataque sistemático a las organizaciones juveniles y bolivarianas, por ello la satanización de la protesta, la búsqueda desesperada de controlar lo que se diga en las aulas, la necesidad de someter aún más al estudiante a la ausencia de conciencia crítica, por ello las ganas de salirse de la CIDH y la pena de muerte, para poder patear el tablero en cualquier momento, por ello Giampietri de Vice- Presidente y Fujimori de padre de la patria y dador de una gran Constitución. El carácter fascistizante del alanismo no debe sorprendernos, intenta cubrir su pasado, por eso se juntan los genocidas, el fujialanismo, el mismo de las matanzas en los penales, el mismo de Rodrigo Franco y Colina, el mismo de los services y la desregulación laboral, el mismo de “Cucharita Diaz” y Montesinos.
La prensa como arma arrojadiza de la derecha.
Las organizaciones juveniles y bolivarianas, peligrosas por juveniles, por su cercanía a los jóvenes y por lo tanto por su consecuente engrosamiento y dañinas por bolivarianas, por entender que frente a la entrega de nuestros recursos y a la firma del TLC lo único que queda es la defensa acérrima de los mismos y su explotación por y para el pueblo, sufre un ataque sistemático que se inició a través de la prensa escrita y luego de la televisión, primero contra la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB) y las organizaciones que la conforman. También contra el periódico Cambio y su directora. Luego contra otras instancias que se reclaman también bolivarianas como la Coordinadora Bolivariana (CB), acusándolas de ser satélites del chavismo, reagrupamientos del MRTA, agentes provocadores de la lucha armada, etc. Luego se realizó la detención de dos compañeros universitarios integrantes de la agrupación juvenil “Integración Estudiantil”, a quienes se detuvo sin mediar delito alguno. La detención injusta de los campesinos de Ayacucho que tanto ha dado que hablar en el país como en el extranjero, acusándolos de terroristas y el espionaje al padre Arana, son muestra de la represión ilegal de la protesta. El 30 de diciembre último, fueron detenidos dos militantes del “Movimiento Todas las Voces”, supuestamente integrantes del Frente de Liberación Nacional, se les acusó de poseer material para explosivos y de planear atentados, horas después se les devolvía la libertad sin ninguna justificación ante tan graves acusaciones y todo quedó como si nada.
Todos los ataques, fueron mayoritariamente contra organizaciones juveniles y declaradas abiertamente bolivarianas, a todas se les achacó pertenecer o haber pertenecido a Sendero Lumino o al MRTA, contra todas se mintió, los errores en nombres, apellidos, siglas, adherencia política y origen fundacional se repetían a cada instante, dejando mal parados a los supuestos periodistas de El Comercio, Expreso, La Razón y Correo, de Panorama y Canal N, llegando incluso a acusar de intervención política y de apología del terrorismo a las mismas embajadas de Venezuela, Cuba y Bolivia en el Perú. Su cometido era dañar, asustar a la población con mentiras, pero sobre todo confundir al pueblo, para que desconfíe de sus aliados, de sus voceros, de sus hijos, utilizando todo el aparto del que disponen y de la coordinación con el alanismo y las fuerzas represivas.
El pasado sábado 06 de enero, el diario El Comercio, usando a Hugo Guerra, en el escrito: “Rincón del autor: El regreso del MRTA”, hace un aviso por demás patético sobre el regreso de la mencionada organización alertando a los peruanos con un chistoso llamado de: ¡cuidado!, y allí mismo en ese mamotreto que burla cualquier modelo aceptable de artículo digerible, con errores tan graves para cualquier periodista que se respete o que al menos investigue aunque sea con una mínima actitud escolar, como cambiarle el sexo y el nombre a la encargada de la Embajada de Venezuela en el Perú y confundir una vez más a la CCB con la CB y a sus dirigentes, amén de equivocarse en el nombre de varias organizaciones políticas, inventando un financiamiento de la CCB por Hugo Chávez y un entrenamiento de la supuesta recomposición del MRTA vía CCB en Chile y Bolivia con asesoramiento de militares venezolanos. Además de todo eso, insistiendo en presentar a los miembros del “Movimiento Todas las Voces” como organizadores de un plan frustrado, para realizar atentados (el diario Correo de ayer domingo 13 de enero, hace mención a lo mismo añadiendo nuevos errores, esta vez en el nombre de uno de los miembros de Todas las Voces), a pesar de que han sido puestos en libertad y de que no se les encontró algún material por lo que se les acusaba. Todo el texto está plagado de errores, eso nos convence una vez más de que O’Brien, Huguillo y Aldo M. no investigan nada, sólo pegan lo que les mandan de algún lugar de Lima ¿o Washington?, alguna “inteligencia”.
En esta misma publicación de El Comercio se hace alusión a nuestra organización política, iniciando el párrafo con la siguiente frase: “Los organismos vinculados, aunque no necesariamente terroristas (sic), son (…)” (Por supuesto vinculados a la financiación de Chávez, al entrenamiento en Chile y Bolivia, al asesoramiento venezolano, y al MRTA) y culmina, luego de enumerar a otras organizaciones, con la mención por demás grotesca y notoriamente marginante: “y, entre otros, Grupo José María Arguedas”
Anteriormente Correo ya había realizado acusaciones similares contra nuestra organización, al comentar la Conferencia que organizamos con el título de: “Mariátegui y la Integración Latinoamericana”.
Es esta prensa que no investiga, que calumnia, que ataca directamente y sin miramientos éticos de ninguna especie, una prensa ya no literaria, ya no artística, ya no científica, sino una prensa vasalla, esbirra, lacaya, y, por que no, de clase. Sirviendo invariablemente a la clase burguesa, a los ricos, a los explotadores y a los pro-yanquis, por eso es que inventa y modifica la información de acuerdo a las necesidades de sus amos. Sus errores no son sólo pobreza estilística y ausencia de método, sino mala intención, deseos de confundir, buscar criminalizar la protesta y deslegitimarla, desarrollar el macartismo en nuestra patria, satanizar el bolivarianismo y el marxismo como si la libertad de expresión que tanto defienden no permitiera la adhesión a estas ideas. Diciéndolo de otro modo y más claro, los errores de esta prensa responden a una necesidad política de la derecha: meter en un solo saco a todas las expresiones críticas al sistema capitalista y al gobierno alanista para poder golpear cuando convenga a todos juntos. Ante esto, ¿Vamos a continuar separados?
El Movimiento José María Arguedas, su Programa y su Plataforma.
Nuestra organización, el Movimiento José María Arguedas no ha ocultado nunca su carácter de organización adherente al pensamiento marxista y a la vía revolucionaria para la construcción de un nuevo destino histórico y de liberación para nuestros pueblos. Más allá de constituir un “Grupo” como mal indica el acumulamiento de palabras de El Comercio, somos un Movimiento, que aspira a confluir con otros espacios en el camino de la unidad de la izquierda revolucionaria, en la construcción de una organización mayor que centralice los esfuerzos de las grandes mayorías por canalizar la protesta y la propuesta. Como Movimiento político, estudiamos, debatimos y practicamos la revolución, pero no vamos a caer en el absurdo reduccionismo de creer que la revolución es sólo el acto armado que puede degenerar, como ya ha ocurrido, en un culto a la violencia más allá de las personas, ni tampoco creemos que hablar de revolución significa participar en eternos debates sin que de estos surja la producción teórica. Pero esto no es entendido por los mononeuronales encéfalos de nuestros periodistas, para ellos, adalides de la pena de muerte, de la destrucción de los sindicatos, abanderados nacionales de las decisiones imperialistas y asesinas de Bush, defensores de los escuadrones de la muerte y de presidentes genocidas y militares corruptos, la palabra revolución significa violencia sin sentido, irracional y cavernaria.
Nuestra organización, que recientemente ha cumplido cinco años de fundación, actúa de acuerdo a un Programa, construido con la participación de todos sus militantes y discutido y replanteado de acuerdo a la realidad y tomando en cuenta la democracia interna. En todo este tiempo, hemos participado en las luchas estudiantiles, impulsando la construcción de la organización estudiantil interuniversitaria, la lucha por la Reforma Universitaria y la coordinación entre Colegios, Escuelas, Institutos y Universidades, para lograr la unidad del movimiento estudiantil, además de insistir en la lucha triestamental incluyendo a los trabajadores y maestros. Nos hemos acercado a las luchas de nuestro campesinado, sobre todo los cocaleros que han estado a la vanguardia de las luchas de este sector en los últimos años. Hemos difundido la obra y acción de José Carlos Mariátegui, a través de las Mesas de Discusión: Invitación a la Vida Heroica, en torno al pensamiento y creación del Amauta. Esta difusión se ha realizado en todo la capital, priorizando el debate entre la izquierda revolucionaria, tomando en consideración antes que nada el criterio de la unidad, invitando a las diversas tendencias existentes tratando de erradicar el sectarismo que tanto daño nos ha causado, y hemos iniciado ya la difusión de la obra del amauta en el interior del país y en el exterior, en nuestros viajes por la unidad latinoamericana y bolivariana a Ecuador, Brasil, Colombia, Venezuela, Bolivia y Chile.
Hemos participado también de las luchas diarias de nuestro pueblo, tanto en el esclarecimiento teórico como en las marchas de protesta y movilizaciones reivindicativas, como sustento principal de nuestra razón de ser: la problemática de las masas y su liberación.
Tomamos nuestro nombre del llamamiento realizado por nuestro maestro José María Arguedas para lograr la liberación nacional a través de la alianza obrero-campesina, a través de la unidad de “Todas las Sangres”. Unidad que no significa de ninguna manera una falsa y contradictoria mezcla de todas las clases, sino una unidad del campo de los explotados en pos de la construcción del socialismo.
Nuestro Programa se sustenta no sólo en nuestra adhesión a los postulados del marxismo y a la rica tradición revolucionaria de nuestra Latinoamérica, sino también en las propuestas diarias de los sectores populares en lucha.
Sin embargo, si bien es cierto que creemos en la unidad y pensamos que frente a este agresivo e interesado ataque de la prensa burguesa y del alanismo, obsecuentes bisagras del imperialismo en nuestras tierras, debemos estar unidos como un puño todos los que nos reclamamos del campo popular, obviamente más allá de las discrepancias pero sin dejar de resolverlas, es cierto también que no por eso vamos a dejar de deslindar con posiciones políticas con las cuales no estamos de acuerdo, frente a las cuales hemos debatido en más de una ocasión con firmeza y hemos escrito en varias ocasiones. Nos referimos a la tesis de que la lucha armada es la vía vigente para la toma del poder en este momento en el Perú y en América Latina, en el actual contexto político, sin tomar en consideración las latitudes y los procesos diferentes. Pensamos que las gestas populares requieren de todas las formas de combate, sin embargo, y tal como lo hemos señalado, la lucha actual necesita de un proceso nacionalista de carácter revolucionario que tenga o vaya construyendo el horizonte socialista.
No hemos hecho nunca propaganda de la lucha armada, no creemos en su vigencia en la actual coyuntura, no creemos que sea un tema que deba tratarse unilateralmente y como si su concepto fuera una reducción esquemática o una fórmula, hay tantas propuestas de lucha armada como organizaciones que la propugnan. Creemos sí, en todas las formas de lucha, utilizadas de acuerdo a las necesidades del momento y con la participación de las masas. No hemos sido miembros, ni militantes, ni periféricos, ni diletantes del MRTA o de Sendero Luminoso, no conformamos ningún organismo de recomposición de ninguna de estas organizaciones, con quienes mantenemos discrepancias de distinta índole, ni formamos parte de algún organismo de fachada. Tampoco aceptamos las acusaciones sobre “captación de universitarios” en el sentido tendencioso del tinglado de El Comercio. ¿Qué significa captación de universitarios? Si se refiere a esclarecer su pensamiento sobre la realidad de explotación que vive nuestro pueblo, sí, es correcto. Si se refiere a captarlos para la lucha armada es una completa falacia y constituye delito de difamación y de falsedad ideológica.
Pero, lo más cuestionable del escrito de El Comercio y de toda la campaña iniciada por Pablo O’Brien y Aldo M. y encargada ahora a Hugo Guerra, es confundir las reivindicaciones más saltantes, actuales y cruciales del pueblo peruano con un supuesto programa de las antiguas organizaciones alzadas en armas, entregadas ahora a una supuesta recomposición: Dice el ejercicio de artículo: “El emerretismo está propagandizando la liberación de sus presos, la difusión de su ideología, alianzas con otros grupos radicales del continente y el desarrollo de bases de apoyo. Su plataforma es el rechazo a la lucha antidrogas, al plan Colombia, al modelo capitalista (sic), a las políticas neoliberales y al TLC con EE.UU.”. Lo más preocupante es que ni siquiera se realiza un ensayo de prensa real, en donde se confronten las ideas con verdades para lograr un resultante, sino que luego de meter en un solo bloque a una serie de organizaciones diversas y motejarlas con el sambenito de “emerretistas” se procede a presentar como “Programa Subversivo”, las mencionadas justas reivindicaciones de nuestro pueblo, luchas que están además amparadas por la Constitución Política del Perú y por cualquier civilizado acuerdo internacional. Veamos, la lucha anti drogas, política impuesta por los Estados Unidos para militarizar la zona e impedir las luchas populares, el Plan Colombia que se extiende con el Plan Perú y que pretende reprimir las protestas campesinas y mineras, la oposición al sistema capitalista que es el auspiciador de la explotación mundial desde hace siglos, la lucha contra el modelo neoliberal que instalado en el Perú por Alan García y profundizado por Alberto Fujimori, destruyó los sindicatos y desreguló los derechos laborales causando miles de despidos y profundizando la pobreza, y finalmente, la lucha para impedir la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) que es el mecanismo actual de recolonización de nuestro territorio y que forma parte de la política del gobierno de Bush, cuya expresión más agresiva es la invasión a Afganistán, Irak y el genocidio en Medio Oriente. Participar en estas luchas es un derecho de nuestros pueblos, que sienten burlados sus intereses y que tienen además el deber constitucional y patriótico de defenderlos. Esta Plataforma no constituye patrimonio exclusivo del “emerretismo” ni de ninguna otra organización alzada en armas o no. Esta Plataforma de lucha, tan bien enumerada por Huguillo en el decano de la prensa burguesa, constituye patrimonio del pueblo explotado peruano y latinoamericano.
¿Qué buscan al identificar las propuestas del pueblo con el supuesto programa de la lucha armada?
Buscan la ultra derecha y el fujimorismo aliados y/o representados por el alanismo, fiel bisagra del imperialismo, confundir al pueblo, criminalizar la protesta y la propuesta, deslegitimizar la Plataforma de lucha que va construyendo nuestro pueblo en sus luchas diarias y ante el embate del imperialismo y que tanto preocupa a la derecha burguesa. La pena de muerte y el alejamiento de la CIDH, el ataque a los sindicatos, maestros, campesinos, mineros y el uso de la prensa como arma de ataque contra el pueblo, además de mezclar a la Venezuela bolivariana, con la Bolivia revolucionaria, los grupos alzados en armas, los supuestos financiamientos fantasmas, las embajadas, las coordinadoras, los grupos, los supuestos atentados, construyendo un monstruo de Frankestein increíble, significa en realidad el ataque contra el pueblo que se organiza, reclama y propone. Significa la castración de la opinión popular y la burla de las instituciones constitucionales que tanto dicen defender.
Pero también buscan encubrir sus antiguos crímenes contra el pueblo, negar que Fujimori, Hermoza y Montesinos fueron posibles gracias al auspicio de García y la ultra derecha. Por ello ligar todo al fantasma del “terrorismo” que aparece en cualquier protesta o en cualquier propuesta de transformación social que ponga en peligro sus privilegios o que les haga pagar por sus delitos. El alanismo y el fujimorismo genocidas, son dos caras de una misma moneda.
El alanismo se siente aislado en Latinoamérica, junto a Colombia busca posicionarse desesperadamente y ha optado por la fascistización de sus decisiones frente al desarrollo exitoso de las luchas bolivarianas en esta parte del mundo.
Nosotros nos reafirmamos profundamente revolucionarios, marxistas, mariateguistas, arguedianos y bolivarianos. Creemos que la gesta por la libertad de nuestros pueblos es vigente y nos colocamos del lado de estos frente al enemigo explotador y vende patria, frente al imperialismo. Rechazamos eso sí, cualquier intento de crear confusión respecto a nuestro origen y principios como organización. Confusión que va en desmedro del pueblo y en beneficio del alanismo que no es otra cosa, que la expresión de la defensa de los intereses de la derecha más traidora a las necesidades y derechos de las grandes mayorías.
¡Viva el Quinto Aniversario del Movimiento José María Arguedas!
¡Con Bolívar, Mariátegui y Arguedas…!
¡Todas las sangres por el socialismo!
(Publicado en Internet originalmente como Pronunciamiento el 14 de enero de 2007, ante el ataque publicado por el diario El Comercio bajo la firma de Hugo Guerra el sábado 06 de enero de 2007. Leído en el segundo día de actividades por la conmemoración del Quinto Aniversario de Fundación del Movimiento José María Arguedas el día sábado 19 de enero de 2007 en el Auditorio César Vallejo del Boulevard de la Cultura “Quilca”, por el compañero Martin Guerra)
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