RENUNCIA DE DIEGO MOTTA AL MINISTERIO DE TRABAJO

CARTA ABIERTA DE UN TRABAJADOR PERUANO

Soy un trabajador peruano con régimen de Contratación Administrativa de Servicios (CAS) y como todo trabajador aporto al crecimiento de mi país. Apoyé y voté por la propuesta nacionalista que planteaba una gran transformación económica y política a favor de las grandes mayorías. No me arrepiento de haberlo hecho, los que se equivocaron son aquellos que traicionaron la palabra empeñada.
Soy un trabajador vinculado desde hace tiempo con la defensa de los derechos de los trabajadores desde la asesoría legal como desde las aulas universitarias. Como técnico fui convocado por el Dr. Elmer Arce a la Dirección General de Inspección del Trabajo. Creíamos y creemos que desde la labor inspectiva se podían realizar aportes en pro de una mayor dosis de justicia social, siempre y cuando se nos permitiera trabajar.
Soy un trabajador de la administración pública y prefiero hacer pública mi discrepancia con el último viraje del Gobierno. A nivel laboral se evidencia el abandono paulatino pero sostenido del rol protector del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo hacia la clase trabajadora, como fue reconocido por las propias organizaciones sindicales y por los trabajadores en general. ¿Qué implica que el nuevo Ministro de Trabajo provenga del Ministerio de Economía y Finanzas? La primera vez en la historia que el ente tutelar del poder económico, el verdadero guardián socrático de nuestros destinos, disponga sobre el futuro de las políticas laborales del país de manera tan directa. La negativa a eliminar el CAS, las idas y venidas sobre la remuneración mínima vital, las críticas al sistema de inspecciones, etc.
¿Qué responderle a los trabajadores que creyeron en las promesas de mejoras laborales, en los juramentos hechos a la Constitución del 1979 -a contrapelo de la Carta fujimorista-, en las referencias al Perú de Todas las Sangres, realizadas en el marco del centenario de José María Arguedas por el actual gobierno? Las respuestas están más que nunca ligadas al futuro que debemos construir, maquillar la realidad no es nuestra costumbre.
Por supuesto que nos podríamos quedar a luchar desde adentro, sería bueno, pero bajo qué circunstancias. Hay momentos en los que guardar silencio equivale a mentir, por lo que una demostración, aunque sea mínima de dignidad y veracidad ante el pueblo, mi familia, mis amigos y yo mismo es el único camino coherente que encuentro.
En consecuencia a todo ello presento mi renuncia irrevocable a la Dirección General de Inspección del Trabajo. Agradezco la confianza depositada por el también renunciante Dr. Elmer Arce, Director General de Inspección del Trabajo, y sobre todo a mi patria.
Del mismo modo manifiesto mi solidaridad con los trabajadores que - en la misma situación que yo - vienen siendo presas de la prensa burguesa con el objeto de causar presión y desestabilizar aún más el escenario político.

JUAN DIEGO MOTTA VILLEGAS
Responsable de Capacitación
Dirección General de Inspección del Trabajo
DNI 40761302