Caracas, 14 de setiembre de 2008.
Los jóvenes socialistas unidos.
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es un partido nuevo y tiene entre su militancia una gran cantidad de jóvenes. Y estos jóvenes al interior se organizan. De ahí que digamos que el PSUV es un Partido doblemente joven. Fuimos invitados a nombre de nuestra organización a la instalación de su Congreso Fundacional (11 al 13 de setiembre) Motivos ajenos a nuestra voluntad impidieron estar presentes al principio de ese importante acontecimiento político para la hermana República Bolivariana de Venezuela. Sin embargo, lo sentimos en las calles. Al llegar después por los trámites de visado que nuestro país nos solicitó en el aeropuerto demoramos un día más. Esta tardanza no esperada nos alejó de la inauguración en Puerto Ordaz, pero nos mantuvo en Caracas en momentos álgidos. En los instantes en que se develaba un intento de golpe al gobierno de Hugo Chávez que incluía planes de magnicidio.
Los jóvenes dirigentes socialistas pertenecen a diversas clases sociales, sin embargo tienen una profunda vocación revolucionaria y ganas de hacer las cosas. Lo que aún no ha pasado es la proletarización de la juventud socialista, ni en lo que respecta al rompimiento de los dirigentes con sus costumbres anteriores a la revolución, ni en la captación masiva de trabajadores. Por lo tanto, la dirección del movimiento juvenil descansa en jóvenes que provienen de las clases medias y por el momento esa es la realidad. En agosto del año anterior habíamos polemizado con una muy joven dirigente estudiantil que planteaba que los jóvenes eran el motor principal de la revolución y por lo tanto su dirección. Nosotros decíamos en ese entonces, que la juventud no compone un estamento social en sí mismo, sino que además de existir diferentes juventudes, de acuerdo al rol que ocupan en el proceso productivo y distributivo, no es un espacio eterno de desarrollo, ya que no se es joven por siempre. Por lo tanto, decíamos, había que acercarse a los trabajadores, interesados directamente en liberarse de las cadenas opresivas y dejar de tomar el concepto de juventud como un ente abstracto, rescatando más bien lo que de bueno tiene esta época por la cual todos los que llegan a la edad adulta pasan, es decir, arrojo, energía, creatividad, capacidad de aprendizaje y pasión. Y con estos atributos, desarrollar una dimensión clasista dentro de la revolución. El año pasado dijimos esto y a la gran mayoría de jóvenes no les agradó, no así al público, mayoritariamente trabajador. Este año, nos hemos dado con la agradable sorpresa de que la crítica interna y los graves problemas a los que se han enfrentado estos jóvenes por defender su causa, ha iniciado un lento pero existente proceso de proletarización, que se observa en el debate, la entrega y la creatividad. Además de que el Presidente Chávez está vigilando más de cerca los presupuestos, antes exorbitantes y valgan verdades, muchas veces innecesarios y desperdiciados, en este año que él ha denominado, el año de la Revisión, Rectificación y Reimpulso de la Revolución Bolivariana. Situación que obliga a los jóvenes a solucionar los problemas por sí mismos.
Sin embargo, no podemos dejar de resaltar que muchos de los dirigentes del proceso revolucionario, no sólo desde el Partido, sino también desde el gobierno son jóvenes, y su sola presencia además de su buen trabajo, contribuye de muchas formas a renovar la vida política de la revolución, pues los dirigentes, como dice Chávez: “No pueden ser las mismas caras de siempre”. Viejas políticas, traen viejos políticos, y aunque se ha profundizado la crítica y la autocrítica, los dirigentes de la izquierda tradicional cada día más se parapetan en la invectiva purista que en la renovación táctica. Ya el sacerdote revolucionario español, asesinado en 1980, en La Paz -Bolivia, Luis Espinel, había advertido, acerca de la costumbre tan arraigada en las sociedades capitalistas, en donde además de la explotación patrón – obrero, se reproducen otras formas, entre ellas, además de la de hombre – mujer, la de adulto – joven, él decía: “Los fósiles nunca se equivocan, porque su vida está anclada en el pasado”. Y esto es lo que quieren evitar los jóvenes socialistas venezolanos, el pensar el presente desde programas del pasado. Lección importante para cierto sector de la izquierda formal del Perú, que cree que contar con un frente juvenil, es manipular a los jóvenes, pero jamás dejarlos decidir.
Pero eso no quiere decir que sólo por que los líderes sean jóvenes el proceso está asegurado. Ni que todo lo antiguo es inservible. No, lo que se critica es que se pretenda construir el futuro, amoldando la realidad a propuestas del pasado y no por superación material del mismo. En todo caso no es el asunto biológico el que determina el logro feliz de la revolución. Es el nivel de la conciencia en su relación con la praxis.
Conversando con los jóvenes socialistas venezolanos entendemos aún más lo que se pretende con esta inclusión masiva de la juventud. Se ha aprendido de los errores de otros procesos y se ha estudiado la realidad demográficamente hablando. Hoy, la población juvenil es la más amplia del planeta. La única manera de afrontar los problemas de la sociedad en un proceso revolucionario es incorporar a los directamente implicados en su transformación. Por esto hablar de los jóvenes socialistas venezolanos es hablar de renovación de cuadros y de estructuras sociales. Este proceso se radicalizará y hallará su expresión máxima cuanto más se proletarice la dirección juvenil. Tanto por su procedencia de clase como por su desclasamiento. Recordemos lo que el mismo Presidente Chávez dijo el 13 de abril de este año: “Yo llamo a la clase obrera venezolana a que cada día asuma con mayor cohesión, con mayor grado de unidad y de conciencia, desprendiéndose de vicios politiqueros y sindicaleros, la revolución del pueblo. La clase obrera, es fundamental para la Revolución Socialista; vamos a demostrarlo”. He ahí una gran tarea para los jóvenes socialistas venezolanos, la de hacer entrar con fuerza a los trabajadores en la dirección de la Revolución.
Chávez y los jóvenes.
Así como nos ha reconfortado encontrar a los jóvenes dirigentes socialistas de la Revolución Bolivariana, con una marcada tendencia crítica, hemos hallado también a un Presidente Chávez más reflexivo y mucho más pedagógico. Frente a la manipulación de los medios y a la utilización por la oligarquía de un sector de jóvenes para atacar al régimen, Chávez les ha dicho el 22 de agosto de este año que: “Un joven que salga a defender al imperialismo y a la burguesía ya no es un joven, es un anciano que perdió la perspectiva y su futuro grande. Un verdadero joven debe estar en las filas Revolucionarias, en las filas de la Patria que son las filas del futuro” Rodeado siempre de jóvenes y trabajando con ellos íntimamente, Chávez ha logrado no sólo una gran empatía sino que ha prefigurado su lenguaje político. El lenguaje de los jóvenes socialistas de Venezuela es un lenguaje político y un lenguaje juvenil al mismo tiempo. Chávez expone por ellos lo que ellos exigen que hable. En esta riquísima relación social, gana la revolución. En el programa televisivo que conduce el Presidente, “Aló Presidente”, en la edición del último domingo 14, el programa 321 para ser exactos, vimos a un Hugo Chávez muy preocupado por el ahorro, por enseñar entre los jóvenes la necesidad de acabar con ciertos mitos respecto a la sobre estimación al líder, por ejemplo, o la importante acción de la conservación de energía para no agotar el proceso de economización del Estado que aspira a convertirse en un Estado socialista. El Presidente se desgañita enseñando, poniendo ejemplos de acción revolucionaria consecuente y verdadera, difundiendo entre los jóvenes el patriotismo y el internacionalismo. Él mismo patrocina a los jóvenes dirigentes y los impulsa y los hace intervenir. Y ellos se muestran esperanzados. En ellos radica su juventud, en la creencia en un mundo mejor. En 1931 el poeta peruano José María Eguren señalaba que, “no hay un don tan acorde con el principio de vida, como el don de esperanza”. Y estos jóvenes socialistas, con todo el peso a sus espaldas que significa defender su proceso de todos los ataques de la derecha, no se arredran, creen en su líder y se afirma en la necesidad de una patria nueva, de una patria buena. Héctor Rodríguez, de 26 años, joven Ministro del Despacho Presidencial y dirigente del Partido, nos dijo: “Es la esperanza la que mueve las revoluciones” Y porque tienen vida, como decía el poeta, y son revolucionarios, sus expectativas son grandes.Este traductor de esperanzas que es Chávez está impulsando en su país una generación de jóvenes revolucionarios que se aferran indestructiblemente al mito real del socialismo. Y como ellos se están forjando con el llamamiento a la reflexión y a la autocrítica, creemos que se está disponiendo todo para la época en que toque vivir el relevo en la dirección. Es esa en sí, una gran lección para la izquierda latinoamericana.
Pobreza y juventud.
El Congreso Fundacional.
Los jóvenes socialistas de la República Bolivariana de Venezuela han asistido a la fundación de su Primer Congreso como juventudes organizadas y revolucionarias. Han debatido entre ellos y con la delegación internacional, sobre cómo hacer para desarrollar el socialismo en su Patria y respecto a las tareas más urgentes. Doblemente nuevos, los jóvenes socialistas toman en sus manos la batuta de la Revolución. En la clausura conversan con su líder, y él con sus palabras y sus gestos, nos hace recordar lo que dijera Salvador Allende en 1972: “Debemos buscar, cada vez que sea posible – y siempre lo será -, el diálogo abierto con la juventud porque sin ella, sin su participación, sin su apoyo no se comprende un proceso revolucionario ni puede uno imaginarse que pueda tener contenido y proyección esta labor revolucionaria”. No obstante estos jóvenes llenos de esperanza, que deberán acercarse cada vez más a las clases explotadas como camaradas, tienen muchas tareas que cumplir, la primera de las cuales, incorporar a la clase obrera, les permitirá repeler el ataque de esos otros jóvenes, que fieles a su clase o manipulados por la oligarquía, han perdido su juventud entregándola a los vicios del apatridismo y la corrupción, la falsía y el servilismo. Estos pseudo jóvenes esclavos del capitalismo, no han trabajado nunca, y si lo han hecho, se han dejado lavar la conciencia por los medios masivos que sólo transmiten lo que el imperialismo necesita para crear vasallos. Y si han trabajado, lo han hecho para acumular, para ser otros, para negar su cultura, para dejar de ser venezolanos y convertirse en estadounidenses de última categoría. En ellos se cumple lamentablemente una moraleja de Esopo, de hace más de 2600 años: “Las gentes ociosas caen en grandes desgracias”. Y grandes desgracias para nuestros pueblos son las que deben evitar los jóvenes socialistas de Venezuela. Sólo lo lograrán en unidad con los trabajadores, que destruyen el ocio con sus fuertes manos al golpe de martillos y siegan la hierba con hoces doradas. ¡Qué vivan los jóvenes socialistas unidos de Venezuela!11: 00 PM.
[1] Este artículo fue publicado en la revista virtual dirigida por Raúl Isman, “Redacción Popular” (redaccionpopular.com) en la sección Organizaciones, el 22 de setiembre de 2008
[2] Miembro de la Comisión Política del Movimiento José María Arguedas (MOVJMA) del Perú. Director del periódico En Marcha.
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