MAO TSÉ TUNG: CONTROVERTIDO REVOLUCIONARIO, FIGURA CLAVE DE LA GRAN TRANSFORMACIÓN CHINA DEL SIGLO XX.


EN LOS 115 AÑOS DE SU NACIMIENTO.


Por: Puka Lliqlla.



Mao Tsé Tung nació hace 115 años, el 26 de diciembre de 1893 en la aldea de Shao Shan, a 45 kilómetros de la ciudad de Hsiang T´an, situada en las riberas del río Hsiang, provincia de Hunan, China. Hijo de campesinos que lograron tener cierta posesión de tierras, es probablemente, el personaje más controvertido que ha parido China, uno de los personajes más influyentes del siglo XX, que además gestó y desarrolló una escuela de pensamiento dentro y “fuera” del marxismo – leninismo: el maoísmo.


Decimos dentro y “fuera” porque el pensamiento de Mao, que se convirtió en guía para la acción de las masas revolucionarias de China, nace de los fermentos ideológicos de la vecina Rusia como resultado de la influencia de la Revolución Rusa, pero también presentó variaciones que no se avenían con la doctrina principal propagada por el PCUS. Estas variaciones – la principal, tal vez, la doctrina de la lucha del campo a la ciudad – sólo pueden explicarse a través y como resultado de la realidad e historia de la China, la cual pareciera como si hubiera estado en una situación de marasmo hasta fines del siglo XIX, de la cual “despertó” sobretodo a partir de los sucesos de las Guerras del Opio, que fueron producto de la invasión imperialista.
China era entonces un país con una fuerte tradición religiosa, seguidora de las enseñanzas de Confucio. El confucianismo propagaba la frugalidad, el respeto a las jerarquías, a los antepasados, el rechazo a la rebelión y la tolerancia como algunas de sus máximas más importantes a tener en cuenta. Este “esquema” cultural define en buena medida el carácter del poblador chino de fines del siglo XIX e inicios del siglo XX. Serán sucesos internos y externos los que alterarán el ritmo de las cosas en esta gran nación e irán dando forma a uno de los procesos revolucionarios más importantes y complejos de la historia humana: la Revolución China.
Mao Tsé Tung adquiere una importancia vital en la historia no únicamente por sus cualidades personales como guía político y jefe militar, sino por lo que su pensamiento representó en un momento crucial de la historia, por el cambio que él y sus hombres inflingieron en una China que era prácticamente analfabeta y miserablemente pobre antes de la Revolución de 1949.


Un poco de historia.
La China tradicional, gran territorio de 9 millones y medio de kilómetros cuadrados, era gobernada por una élite, la única que recibía instrucción y eran considerados casi como seres divinos. Esta casta, la de los mandarines, tenía bajo su despótico poder millones de chinos, campesinos casi todos, pobres y sin ningún grado de educación. A pesar de que la cultura china y el confucionismo condenaban la rebeldía hacia la autoridad, las revueltas campesinas fueron muchas y fueron también sangrientamente controladas.


Con la penetración del imperialismo, se comenzó a ocupar los territorios costeros, con el afán de aprovechar sin dar nada a cambio – como en América – los recursos y la mano de obra china. Los privilegios dados por el Gobierno dirigido por la dinastía Manchú a emigrantes europeos y a los misioneros católicos, fue gestando el resentimiento y la furia, desarrollando la necesidad en las masas de liberarse de sus monarcas y luchar contra el imperialismo. Las acciones depredadoras de los imperialistas originaron diversas revueltas. La xenofobia se extendió entre las masas. Este estado de cosas se refleja en acciones como la “Rebelión de los bóxers” (1898); la “manifestación estudiantil del 4 de mayo de 1919” (1919); la aparición de la Liga Revolucionaria (Kuomintang) (1905); y la aparición del Partido Comunista Chino (1921).


La Rebelión de los bóxers fue una de las manifestaciones más organizadas del pueblo chino en contra de las potencias imperialistas. Es de este fermento que se inicia un movimiento nacionalista chino, que produce varias pequeñas organizaciones difuminadas a lo largo y ancho de China. Esto se cristalizará en la llamada Liga Revolucionaria, más conocida como Kuomintang, liderada por Sun Yat Sen. El Kuomintang proponía el derrocamiento de la dinastía manchú y la implantación de una república. Las luchas entre Sun Yat Sen y los conservadores monarquicos, culminaron luego de que las fuerzas del Kuomintang vencieran a los rezagos de este sistema, los “señores de la guerra”.


El papel que jugó el Kuomintang es, en estos primeros momentos, revolucionario, ya que impulsó el rechazo a la ocupación imperialista, se enfrentó a las formas arcaicas de la organización social China, que no hacía ya más que aumentar el poder de la monarquía y acrecentar la pobreza del pueblo. Este incipiente nacionalismo, va a gestar las condiciones para dos manifestaciones. Por un lado, un sector reformista y que irá transando con las potencias imperialistas, tal y como se dio durante el periodo en que el líder del Kuomintang fue Chang Kai Chek; y por otro lado, la gestación de un sector “joven” que ante la opresión real del pueblo chino y ante la repercusión de la Revolución Rusa, tomarán e desarrollarán el marxismo en tierras chinas. La manifestación estudiantil del 4 de mayo de 1919 se convierte en el hecho clave que dará lugar al creciente poder del sector de izquierda dentro de las fuerzas del pueblo chino. La influencia de Moscú, ya bajo la dirección de Stalin, frenará el accionar de este sector de izquierda, a través del sometimiento del Partido Comunista Chino a la Kuomintang, dado que según la interpretación acerca de la naturaleza de la Revolución China, ésta debía seguir el camino democrático – burgués, y por lo tanto, no podría o no sería conveniente el desarrollo de otro tipo de revolución, en ese momento.


Pensamos que el primer paso de una revolución en China debía ser la liberación nacional, o sea, una revolución democrática burguesa en el sentido de desarrollo de las fuerzas sociales, políticas y económicas nacionales para enfrentarse a los invasores. Sin embargo, este paso no era suficiente y no era tampoco el sentir único de las masas. Era necesaria una transformación total de las estructuras sociales, la construcción de un hombre y mujer nuevos, es decir, era necesaria una revolución socialista.
Con la llegada al poder de Mao en 1949, luego de la épica Gran Marcha, que evidenció el talento y disciplina de los nuevos cuadros comunistas; se iniciaron una serie de reformas sociales, económicas y culturales. Se expropió los grandes latifundios, a través de la estrategia que se conoció como el “Gran salto adelante”, se crearon diversas cooperativas para mejorar la distribución y los cultivos, se armaron las comunas populares y los ejércitos campesinos, estrategia que no logró dar los resultados esperados y que generó diversos conflictos con los técnicos rusos enviados por la Komintern. El fracaso parcial de estas propuestas, genera en el interior del Partido Comunista una serie de desavenencias. Es aquí donde la crítica a la figura de Mao comienza a cristalizarse.


Al llegar a la década de 1960, Mao Tsé Tung deja la presidencia, pero el fervor e influencia en pueblo chino por él se seguía manteniendo. Quedando a la dirección del Partido Comunista, quién asumiría el poder ejecutivo sería Liu Shao Chi. Bajo su mandato se iniciaron algunas reformas de “desocialización”, reformas que serían duramente criticadas por el ala izquierda del Partido. Como consecuencia de una paulatina burocratización y del aumento del bienestar material general, Mao impulsa lo que se conoce como la Revolución Cultural. La Revolución Cultural buscó frenar el camino hacia el capitalismo, por el que Mao y sus allegados en el Partido, veían que iba dirigiéndose la Revolución China a través de sus representantes políticos. Efectivamente, se estaba dando una mayor apertura de China hacia el mundo, mayor comercio exterior, relaciones diplomáticas más “condescendientes”, introducción masiva de la producción intelectual europea y norteamericana, etc. El tipo de hombre y mujer frugales y sacrificados de la revolución, iban desapareciendo lentamente.


Sin embargo, esta revolución dentro de la revolución conoció sus excesos. Los Guardias Rojos – jóvenes estudiantes destacados por el Partido Comunista para dedicarse única y exclusivamente a denunciar a los “reformistas”, expandir el pensamiento Mao a través del libro rojo, etc. – expulsaron de las diversas instituciones a reconocidos cuadros de la revolución que discrepaban un poco o mucho con los planteamientos maoístas. Y no sólo fueron expulsados, muchos encontraron terribles destinos.


Esta efervescencia juvenil, este rechazo a la autoridad y las múltiples acusaciones de “revisionismo” “contrarrevolución”, “reformismo”, etc., prácticamente depuró al Partido de muchos de los cuadros políticos de antaño, y a parte de las nuevas generaciones, con el objetivo de salvaguardar a la Revolución de cualquier revés que condujera hacia el camino del capitalismo. El esquematismo y los excesos de este proceso generaron así como adeptos, gran rechazo, incluso de muchos militantes comunistas extranjeros y de la misma China.
A pesar de este fervor casi religioso de las masas por la figura de Mao, por los intentos de mantener a China alejada de cualquier ímpetu capitalista y occidental, no pasaron muchos años para que China emprendiese una serie de reformas que la llevarían al lugar en el que está hoy, el ser uno de los países con mayor producción para la exportación, pero en el que se vive una gran brecha entre ricos y pobres, y donde los derechos laborales valen casi nada.


China hoy.
Es a partir del gobierno de Deng Xiao Ping (1978 – 1997), en el que se llevan a cabo las reformas económicas que abrirían paso al neoliberalismo en China, a través de un proceso de liberalización política conocida como “Primavera de Pekín”. Hoy China mantiene el rótulo de República Popular, y sigue gobernando el Partido Comunista. Sin embargo, la vida y la política en China distan mucho de cualquier intento de organización socialista. China es el país considerado la “gran fábrica barata” del mundo, dado a los bajos costes en mano de obra, a la ausencia casi total de derechos laborales. Además, culturalmente el consumismo ha calado en las nuevas generaciones chinas, la identidad nacional se va perdiendo paulatinamente. Su gobierno ha ido generando una brecha con el pueblo, que se agudiza cada vez más y que se evidencia en el carácter represor que se expresa cuando el pueblo se organiza y se manifiesta. Tal es el caso de la revuelta estudiantil de Tiananmen, en Pekín en 1989, la cual fue sangrientamente reprimida.


Mao y la China actual.
Ya vista la historia de la Revolución China, Mao Tsé Tung es un personaje vital que influyó y jugó un rol protagónico en el paso de una China tradicional, invadido por las potencias imperialistas; a una China en construcción del socialismo, soberana. Fue el líder de una revolución que al parecer y fuera del esquema marxista, no podría triunfar, dadas sus condiciones de sociedad “arcaica” y/o tradicional. Esto nos demuestra una vez más que el papel del sujeto en la historia no es solitario. Su accionar es único y a la vez producto de su contexto y de las necesidades que éste implica. Hoy la China se encuentra ante el reto de enfrentarse – nuevamente –a la invasión imperialista, hoy de muy distinta forma, ya que China por su productividad se encuentra casi entre los países que dejarían en muy breve de considerarse “subdesarrollados”. Sin embargo, son aún la inmensa mayoría de campesinos migrados a las ciudades para trabajar en las ZPE (zonas de producción para la exportación), los que tienen que soportar las peores condiciones laborales del globo, con salarios que se encuentran entre 10 centavos de dólar por hora, con violación casi absoluta de sus derechos laborales. Es aún – como en el tiempo de la gran miseria campesina previa a la revolución – la mayoría del pueblo chino el que vive en condiciones poco dignas. Ante esta situación, rescatar el nombre de Mao en su 115 aniversario de natalicio, es afirmarse en la posibilidad de que el pueblo chino despierte una vez más y retome su camino al socialismo.

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11 comentarios:

Anónimo dijo...

Comunistas totalitarios... ubiquense!!!

Anónimo dijo...

guauu esta biien feo0 jeje ntC
te amo eduardo0 byy: ???

bueno epstrap chio0dd creo00
o crees voss que esta bienn
sonn repavoss jeejeje
chao0

Anónimo dijo...

Excelente tema muy bien lo que hizo Mao, casi que lo mismo que hace nuestro presidente de Venezuela.

Anónimo dijo...

quieran o no aceptarlo Mao demostro al mundo que un pais de muchos millones de habitantes no pueden morir de hambre y atraso sino tambien pueden progresar y ponerse a la vanguardia del mundo de hoy.

Anónimo dijo...

pavooo Locoo Vurdaa de mostro Calidad

Anónimo dijo...

El tipo tiene Una Cara de Sadico Chamoo Pero Mono

Anónimo dijo...

wey no mames esta de huevos wey

Anónimo dijo...

te lo kmbio x td lo q m regalaron XD

Anónimo dijo...

(N)

Anónimo dijo...

eso es para putos lokos :poop:

Anónimo dijo...

pinchis jotos maricones de mierda me la pelan los los putos

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